Escapando a toda prisa, subió al autobus, mientras apretaba su maleta. Evitando así que se abriera y quedara expuesta la evidencia. Buscó un asiento discreto junto a la ventana para poder ocultarse mirando al exterior.
El plan fue perfecto mientras el autobus estuvo en marcha. Pero al llegar a la terminal, descubrió que todo fue innecesario. Ya que pudo descender sin equipaje e iniciar con libertad.
Muy interesante estÁ reflexión.. en la vida andamos pensando que lo que calgamos es de verguenza en medio de lo k nos conocen ..pero al decidir renunciar a esta parte k nos esclaviza .cuando logramos verla y enfrentarlos nos sentimos libre en toda situación lejos De lo conocido o los k nos conocen
Si reconocer lo que nos ata es un gran avance hacia la liberación. Gracias por compartir tu comentario Esther. 🙂